Lo justo e innecesario
2022
ART Santiago. Santiago, Chile.
Felipe Larraín concibe los rompecabezas o puzles como un código universal. El mecanismo se resume en piezas individuales, todas heterogéneas, las cuales al unirse conforman un todo indivisible. Sin embargo, la imagen que se suele construir en la unión de las partes, usualmente figurativa, no forma parte del imaginario del artista sino más bien es el puzle como lenguaje formal, lenguaje de unidades y absolutos, de intercambio, sustracción y negativos sobre el cual Larraín reflexiona y trabaja obsesivamente.
La elección de colores profundos permite pensar el puzle como una sola pieza y permite apreciar también un interés en las contraformas al mismo tiempo que la cuidada selección y remoción de algunas piezas sugiere una especial atención sobre las posibles disecciones del todo. La composición de las obras, trabajadas con cuidado clínico, propone invertir el deseo cotidiano de completar, aceptando el vacío como una nueva operación que reflexiona sobre la ausencia de un alguien o algo.
El trabajo de Felipe Larraín trabaja las estrategias propias del puzle como medio y diálogo para jugar, en base a reglas secretas, a experimentar las posibilidades compositivas del color, la forma y el movimiento.